La evolución en el diseño de interiores para 2025 se centra en tres pilares fundamentales: sostenibilidad, minimalismo cálido y tecnología integrada. Materiales como la madera, la piedra y las fibras orgánicas toman protagonismo, reforzando la conexión con la naturaleza. Colores tierra como terracota, beige y verde oliva se combinan con acentos oscuros para añadir profundidad y sofisticación.
Además de los materiales, los diseños buscan un balance entre funcionalidad y estética. Los muebles modulares, por ejemplo, permiten reconfigurar espacios según las necesidades del momento, siendo ideales para hogares dinámicos. En cuanto a los textiles, las fibras recicladas y los tejidos orgánicos están reemplazando gradualmente a las opciones sintéticas, en un esfuerzo por reducir la huella ambiental del sector.
La tecnología inteligente también juega un papel crucial, integrándose discretamente en el mobiliario y los sistemas de iluminación para maximizar la funcionalidad y el confort. Por ejemplo, los sistemas de iluminación automatizados ajustan la intensidad según la hora del día, creando ambientes agradables mientras se optimiza el consumo energético. Además, los diseños flexibles y multifuncionales ganan relevancia, adaptándose a las necesidades cambiantes de los usuarios.